Capítulo 13

Capítulo 13

Melisa estaba en el consultorio de Andrés con el bebé esperando a que él se desocupara y pudieran ir los tres a casa. Seguía sintiéndose rara, era como una opresión en el pecho, por eso decidió ir a la capilla, quizás encontrará un  poco de paz allí. Fue con el bebé que dormía en sus brazos. Al entrar vio que había alguien allí, por la voz reconoció al hombre de la fiesta, a Pedro.

Pedro: Por favor Dios, no me quites a mi pequeña, ya me quitaste a su mamá, no me la quites a ella –pedía- También te pido que no permitas que Eliana y Fernando me quiten a mis hijos, no puedo estar sin ellos, no podría soportarlo.

Melisa: -sin saber porque, sintió que la opresión crecía en su pecho- Tranquilo, no sé qué te sucede, pero todo va a estar bien. –No sabía porque decía eso, pero sentía que debía decirlo, él la miraba sorprendido, ella se acerca a él

Peter: ¿Cómo sabes que todo va a estar bien? –le pregunta mirándola a los ojos

Melisa: -se sienta junto a él y acomoda al bebé- No lo sé –confiesa- Capaz que porque estuve en tu situación, no sé bien lo que te sucede, pero por lo que escuche se trata de tus hijos.

Peter: tú tienes al tuyo en brazos, no creo que sepas lo que es sentir que pierdes a alguien –brusco

Melisa: desgraciadamente sé, -toma aire- hace un tiempo perdí un bebé, él niño vivió una semana luego no aguanto más y murió, -toma aire- fue duro, muy duro. Cometí una locura por no saber manejar el dolor que sentía. –Le confiesa sin dar detalles

Peter: ¿Cómo puedes tener confianza después de eso? –pregunto mirando el dolor que se reflejaba en los ojos de ella

Melisa: por él –señalo con los ojos al bebé- Facu llego a mi vida en el momento menos pensado, de la forma menos pensada. Él no es mi hijo biológico, es hijo de la hermana de mi marido, ella tuvo un accidente y murió. Yo pensé que jamás podría volver a ver a un bebé, a un niño, me daba miedo, miedo de volver a perder otro hijo. –Vuelve a tomar aire- Pero ver a Facu, tan pequeño en una incubadora, solito, me derritió el alma y me di cuenta que estaba lista

Peter: eres muy fuerte Melisa –la miraba, esa mujer era tan parecida a Lali que le daba miedo, pero a la vez sentía paz, esa paz que solo sentía cuando tenía a Lali y que hacía mucho no experimentaba.- ¿Por qué estás acá? ¿Le paso algo al bebé?

Melisa: no, solo espero a Andrés. –Él la mira- Mi marido –le aclara- él es el director de la clínica, nosotros lo estamos esperando para ir a casa –acaricia suavemente al bebé.

Peter: gracias por hablar conmigo

Melisa: no tienes nada que agradecerme, se lo que es estar mal y quizás por eso puedo comprenderte –vuelve a repetirle

Peter: ¿Te casaste muy joven? –Ella lo mira- Lo digo porque no aparentas más de veintitrés años

Lali: tengo casi veinticuatro, lo conocí a los quince años, desde entonces no nos separamos más, nos casamos cuando yo cumplí dieciocho.

Peter: -iba a decir algo, pero justo entrar Euge y Emilia- ¿Qué paso? –preocupado, Melisa gira y las ve

Emilia: -sorprendida- ¡No puede ser! –la garganta se le cerraba

Peter: Emilia, tranquila, ella no es Lali, es Melisa

Emilia: es idéntica a mi hermana –susurro

Euge: si, pero no es Lali

Meli: no, me llamo Melisa o Meli –le sonríe

Peter: ¿Cómo está Dulce?

Euge: ya salió de la operación, está bien. Francisco quiere hablar contigo

Meli: -sin saber porque su corazón se tranquilizo, dejo de sentir esa opresión en el pecho- ¿Viste? Te dije que todo iba a estar bien –vuelve a sonreírle, se levanta despacio con el bebé- Nosotros nos vamos –se despide de los tres y se va

Emi: es muy parecida –sin dejar de mirarla

Peter: lo sé, pero no es ella. –suspira y va con Emilia y Eugenia a hablar con Francisco, mientras Euge y Emilia le avisan a Rocío y los demás, él entra en un pequeño consultorio con Francisco.

Francisco: Peter, Dulce está bien, está fuera de peligro, pero obviamente estará un tiempo internada, esta noche si no hay ningún inconveniente la trasladaremos a mi clínica.

Peter: ¿Puedo verla?

Francisco: en un rato. –Lo mira- Peter, quiero que sepas que pienso respetar la voluntad de mi hija, ella los quería contigo. Pero si es cierto que piensas lo que dijiste, tendré que decirle a Emilia que cumpla lo que Lali le pidió, si de verdad crees culpables a los niños, no quiero que estén contigo –Sincero

Peter: no los culpo a ellos, la culpo a ella –Francisco lo mira- Culpo a Lali, ella fue la que dejo para última instancia operarse, ella fue la que se fue. –Su voz estaba llena de dolor.

Francisco: ella tenía su forma de pensar, yo también la culpe, pero después la entendí, ella quería vivir el tiempo que tenía, quería disfrutar y lo hizo. Ella fue feliz y eso debe ser un consuelo para nosotros.

Peter: puedes ser –suspira- ¿Falta mucho para que pueda ver a mi hija?

Francisco: no, vamos te llevo con ella, solo te digo que esta media dormida por la anestesia –asiente y va a ver a su hija

Andrés estaba en su consultorio cuando entra Melisa

Andrés: Amor ¿Dónde estabas? Me preocupe al no verte

Melisa: estábamos en la capilla, ese lugar da paz

Andrés: ¿Te sientes bien? –preocupado

Melisa: si, estoy bien.  –Se acerca y lo besa- ¿Ya puedes ir a casa con nosotros?

Andrés: no, tengo que terminar un par de cosas, además de ver a unos pacientes. Tú ve que en un ratito hay alguien que se va a despertar con hambre –ella asiente- Prometo ir pronto

Meli: te voy a esperar con la bañera pronta –Le sonríe- Así nos bañamos juntos

Andrés: me encanta la idea –la besa, llama a Gómez para que los lleve, los acompaña a la salida, se despide y vuelve a su consultorio

Andrés: ¡Maldición! –Enojado- No me dijiste que lo viste, que hablaste con él, él siempre en el medio, pero esta vez no va a poder. Arriesgue mucho, me costó mucho tenerte y no te voy a perder –aseguro

Rochi ya les había informado a los niños que Dulce estaba bien y que al día siguiente podrían ir a verla.

Jenny: creo que lo mejor es que me los lleve a casa –propuso

Nicky: no hay problema en que se queden

Jenny: lo sé, pero quizás sea bueno que vayan a casa

Rochi: -la mira- lo mejor es preguntarle a Peter, además tenemos que ir a buscar ropa de Dulce para llevarle. –asintieron

Peter había entrado  a ver a su hija, el corazón se le estrujaba al verla con cables, una venda en la cabeza y bastante pálida. Se acerca al lado de su hija

Peter: hola princesita

Dulce: -entre dormida lo mira- papi –casi en un susurro

Peter: si, papi, papi está contigo, tienes que descansar y ponerte sana pronto –acariciaba la cara de la niña

Dulce: te quiero… papi –tierna

Peter: yo más, mucho más –le sonríe, la nena poco a poco queda dormida.

Él sale de allí, suena el celular, es Jenny, le pregunta por Dulce y le dice de lleva a los niños a casa, él le dice que sí y si puede le mande ropa y algunos juguetes de Dulce por Rochi.

A la noche, a eso de las veinte horas trasladaron a Dulce a la clínica de Francisco, la niña estaba dormida, al día siguiente cuando despertó Peter estaba con ella

Peter: Buenos días hermosa

Dulce: papi… ¿De verdad por culpa mía y de Thiago mamá murió? –Pregunta triste

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Gracias por los 15 comentarios. Dedicado a Anónimo primero en comentar.

Anónimo: siempre dije me críe viendo novelas Mexicanas a la tarde, se ve que algo de eso me quedo, jajaja

Marchu: volvió mi amenazadora número 1 jaja, me vas a querer matar todo está novela, estoy segura.

Bueno chicas se que prometí a la seis, pero me acosté y quede dormida, la verdad que el cansancio me vence últimamente. Como no termine ni un capítulo de la otra novela y tengo tres de está les propongo mini maratón ¿Les va? La maratón quedaría en el capítulo 15 ese que tanto esperan, no me quedo muy bueno, pero al menos van a saber casi toda la verdad

12 comentarios y en una hora subo, si antes de esa hora están subo antes. No vale todos los comentarios de la misma persona.

Se las quiere

Sus comentarios son mimos al alma

Besos

Vicky ♥