Capítulo 3

Capitulo 3

Rocío: ¿Qué? -curiosa

Emi: creo que ya es hora de darle una de las cartas de Lali

Rocío: -sorprendida- ¿Qué?

Emi: -toma aire- El domingo antes que Lali muriera, ella me entrego unas cartas, además de otras cosas. Me pidió que las entregará en el momento que yo considera oportuno si ella moría. –Sonrió triste- Le dije que se las daría a ella, que ella no se iría, ella me miro, me sonrió y me dijo “Si, quizás tengas razón. Pero prefiero dártelas, se que sabrás cuando será el momento adecuado” –unas lagrimas se deslizaron por sus mejillas

Rocío: -con un nudo en la garganta- ¿Me dejo una carta a mí?

Emi: si, dejo cartas para todos, hasta para los niños. –La mira- ¿Quieres la tuya?

Rocío: -solo asiente-

Emi: está bien, te la voy a dar, la tengo en casa, ve está tarde, merendamos juntas y te la doy –asiente y se abrazan fuerte.

Peter estaba firmando un par de papeles, su secretaria le avisa que Euge quería verlo, él le dice que la haga pasar.

Peter: hermanita – se levanta de su asiento, va hacía ella y la abraza

Euge: hola –le sonríe- Vengo a invitarte a cenar en casa

Peter: lo siento Euge, pero ya quede con Emilia, ella va a llevar a los niños y de paso cena con nosotros.

Euge: -le hace pucherito- yo quería que cenaras con nosotros

Peter: prometo que el sábado cenó contigo

Euge: -le sonríe- te quiero

Peter: yo más –ella lo abraza, hablan un ato, ella se despide y él vuelve a ensimismarse en los papeles que tenía en su escritorio.

Euge al salir de la empresa llama a Nico

Conversación Telefónica

Nico: hola amor ¿Cómo te fue?

Euge: no conseguí que fuera hoy, pero el sábado cena con nosotros.

Nico: ¿Estás segura de presentarle a alguien? –dudoso

Euge: obvio, él tiene que rehacer su vida, Lali odiaría verlo así –aseguraba

Nico: si, la petiza no querría verlo muerto en vida, solo espero que él no se enoje con nosotros

Euge: tenemos todo planeado, va a cenar con nosotros, yo le pregunto disimulada a Justina si su nieta ya tiene trabajo, que si quiere la puedo recomendar de niñera a alguna amiga, por Belén se que Peter necesita una, pero él no sabe que yo sé

Nico: OK, espero salga bien

Euge: vas a ver que sí, nos vemos en un rato. Te amo

Nico: yo te amo más

Fin de la conversación telefónica

Andrés recién llegaba a la casa, pregunto por Meli, le dijeron que estaba pintado. Sonrió, despacio, sin hacer ruido subió, la ve en el suelo del altillo pintando, está un momento observándola y ella ni enterada, despacio se acerca a ella, se sienta a su lado

Andrés: hola mi amor –ella se sobre salta y lo mía- No te asustes, soy yo.

Meli: no te escuche –le sonríe, pero su sonrisa sigue siendo triste. Se acerca más a él y lo besa.- Te extrañe –le acaricia suavemente el rostro.

Andrés: no más de lo que yo te extrañe a ti –la besa, la besa con todo su ser, con pasión. Ella por primera vez después del accidente le responde a ese beso con intensidad.

Poco a poco él acaricia la espalda de ella con sus manos, sin resistencia le saca la blusa, ella, con algo de timidez, le saca la misa y la chaqueta, poco a poco recorren sus cuerpos, se van entregando él uno al otro, van quedando total y completamente desnudos, van entregándose el uno al otro hasta ser uno, él ambiente se llena de gemidos placenteros, del ruido que hacen sus cuerpos.

Unas horas más tardes están ambos, ya bañados, en el cuarto que comparten, acostados en la cama abrazados.

Meli: perdóname por ser egoísta

Andrés: no tengo nada que perdonarte mi amor –le da un beso en la cabeza.

Meli: si tienes, hice una locura, tú sufriste no solo la muerte de nuestro hijo, sino también por mí, porque no pensé en ti cuando decidí hacer lo que hice, solo pensé en irme con nuestro hijo. No pensé en que tú quedarías solo, destrozado por la pérdida de los dos

Andrés: Meli, yo no tengo nada que perdonarte, en ese momento el dolor no te dejo pensar en nada, te entendí y te entiendo. –La acaricia suavemente.

Ella se recostó más contra el pecho de él, era extraño si bien disfruto estando con él, no se sintió completa, sentía que faltaba algo, algo que no sabía que era.

Rocío fue a casa de Emilia, estuvo con sus sobrinos un raro, luego hablo con Emilia y está le entrego la carta, Rocío tomo aire y la guardo, la leería  sola. Minutos después se despido. No fue para su casa, fue para el apartamento que años atrás había compartido con Lali y que no había podido vender, tenía demasiados recuerdos que no podía dejar. Entro, saco la sábana blanca que estaba cubriendo un sillón y se sentó allí, tomo aire de nuevo, saco el sobre, lo abrió, saco la hoja que había allí y comenzó a leer

Hermanita del alma:

                                Sabes todo lo que eres para mí, sabes que te adoro, que aunque no tengamos la misma sangre somos hermanas, hermanas de la vida, hermanas. Te pido que aunque sé que debes estar llorando al leer esto, no llores, no me gustan las lágrimas, me gustan las risas, esas risas que compartimos, piensa en eso, piensa en esos momentos juntas, en esos momentos en que no parábamos de reír, en nuestras travesuras, nuestras locuras como las llamaría tú hermano.

                                Ro, sé que es difícil, pero necesito que me ayudes, que me des una mano con tú hermano. Conociéndolo debe haber pasado el tiempo y sigue solo, no quiero que siga así, no quiero que sea un muerto en vida, no quiero que solo viva por los niños, también tenga que vivir por él. Mi mayor miedo es que sus fobias vuelvan, no quiero que eso suceda, quiero que sea feliz, que viva, que ame y que lo amen.

                                

                                A ti solo me resta decirte que seas feliz, que no dudes del amor que sientes por Gas y que él siente por ti. Pedirte que cuides a mis hijos, que les enseñes a ver la vida de otra forma, que les enseñes que a pesar de no estar físicamente, estoy con ellos, igual que estoy con todos ustedes.

                                Te quiero, nunca olvides eso

                                                                                Lali

Allí estaban las palabras de su amiga, tan ella que daba miedo, daba miedo como conocía a todos. A pesar del pedido de su amiga, le fue imposible no llorar.

Luego de un rato guardo la carta, se seco las lágrimas y salió de allí.

Peter acababa de llegar a su casa, dejo su maletín en el escritorio, estaba sirviéndose un vaso de whisky cuando siente a sus hijos, una sonrisa se le formo en la cara, ellos siempre lo graban eso, dejo el vaso arriba de una mesa y fue hacía el living, ni bien lo vieron los cuatro corrieron hacía él. Luego lo saludo Andrés el hijo de Emilia

Peter: los extrañaba –decía a sus hijos

Dulce: nosotros también papi –le sonríe

Clara: papi, la tía Emilia nos invito a dormir en su casa. ¿Podemos? –le pidió

Valentín: si papi, yo quiero ir

Thiago: yo también, hasta Dulce –la nena asiente

Peter: NO SÉ, Dulce nunca se quedo sin mí en ningún lado –dudoso, no le gustaba que los niños no estuvieran cerca, en especial Dulce que era la más pegada a él.

Emi: te prometo que la vamos a cuidar bien, cualquier cosa te llamo –le aseguro

Andrés: si tío, deja que mis primos se queden –los niños los miraban anhelantes

Peter: -suspira- Está bien, pero cualquier cosa me avisas –a Emilia, ella asiente

Emi: niños vayan a buscar sus cosas, mientras yo hablo un momento con Peter –los niños suben enseguida la escalera, ella y Peter van al escritorio.

Peter: ¿De qué quieres que hablemos?

Emi: Peter, quiero que hablemos de Lali

Peter: no, no puedo hablar de ella, apenas puedo hacerlo cuando los niños me preguntan –tenía un nudo en la garganta

Emi: lo sé, pero es necesario que te cuente algo –ambos se sientan, él la mira- Lali, el domingo antes de morir hablo conmigo

Peter: si, fueron a nuestra habitación –para él esa habitación siempre sería de Lali y él.- ¿A qué viene eso? –sin entender

Emi: -toma aire- Lali me dio un par de cosas, entre esas cosas me dio cartas, cartas para todos, hasta para los niños que se las daré cuando sean más grande

Peter: -sorprendido- ¿Cartas?

Emi: si, cartas. Ella me dijo que cuando yo viera que era el momento oportuno las entregará y creo que llego la hora de entregarte una –abre su cartera, saca un sobre y se lo entrega.- Ella me dijo que una película que vieron le dio la idea. –lo mira- Por eso me llevo a los niños, tienes que estar tranquilo para leerla

Peter: ¿Por qué me la das ahora? –sin mirarla, solo miraba la carta que tenía entre sus manos, trataba de contener las lágrimas

Emi: porque es el momento de dártela

No dijeron nada más, minutos después los niños entraron con sus mochilas, él disimuló lo más que pudo, no quería que los niños notaran su tristeza.

 Luego que se fueron, se fue a su cuarto, dudo pero decidió leer lo que había allí.

Suspiro, se sentó en la cama, suavemente abrió el sobre, tomo la hoja que había allí dentro y comenzó a leer.

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Gracias por los 15 comentarios. Dedicado a Emi Mealla primera en comentar.

Bueno aquí tienen el 3, si ahí 15 o más comentarios en un rato subo el 4, ya esta todo listo, es solo subir.

Chicas por ahora no les puedo contestar si es Lali o no, ya se los dije, se que están confundidas y esa es la finalidad, que duden hasta último momento.

Les dije que era una nove complicada, tienen que tener suma paciencia.

Si quieren saber que dice la carta para Peter, a comentar.

Bueno,me voy a avisarles, las que quieran que les avise, me avisan y lo hago sin problemas.

Se las quiere

Sus comentarios son mimos al alma

Besos

Vicky ♥